Nada nos proporciona más confort espiritual que estar en paz con nosotros mismos. Eso solo se logra cuando tenemos la convicción de que hemos actuado de la manera y en el momento correctos, guiados por decisiones personales y conscientes de que la solución a los problemas propios depende de nosotros mismos, de nadie más. Gandhi vivía convencido de que si no alcanzamos la paz dentro de nosotros mismos, siempre estaremos en guerra con los demás. ¡Nada más acertado! La armonía interior es la que nos permite interactuar en conformidad con nuestros semejantes y aceptar aquellas cosas que no podemos cambiar en ellos.